La Asamblea General es la máxima instancia de la Iglesia como órgano resolutivo superior y está constituido por la reunión de todos sus miembros. Las hay: Ordinarias, que se realizan anualmente durante el mes de abril; y Extraordinarias, que se realizan cuando así lo exijan las necesidades de la Iglesia, los Estatutos o las disposiciones legales.
Las Asambleas Generales son presididas por el Presidente del Directorio. De las deliberaciones y acuerdos de las Asambleas Generales se deja constancia en un acta. Los acuerdos adoptados obligan a todos los miembros de la comunidad a aceptarlos y se toman con la mayoría absoluta de los asistentes, salvo que la ley o los Estatutos exijan un quórum especial. Las votaciones son secretas al solicitarlo uno o más de sus miembros. Para tener derecho a voto se requiere estar al día en el pago de sus cuotas hasta el semestre inmediatamente anterior a la fecha de su realización.
Las Asambleas Generales se celebran con un quórum asistente de la mayoría de los miembros vigentes. Sin embargo estos pueden delegar en otro socio su participación, en cuyo caso deben otorgarle un poder simple. Si hechas las citaciones no se reuniera el quórum requerido, se cita a nueva Asamblea, que se realiza con los miembros que concurran.
Las Asambleas Ordinarias deben abordar al menos los siguientes puntos: